Educar a un niño no es una tarea sencilla. Todos saben que requiere de mucha paciencia, voluntad y sobre todo, visión. Esto último resulta determinante. Por un lado, porque todo en la vida depende de la perspectiva con la que uno la afronta, y por otro, porque a la vez que uno se desempeña en ella, se les está inculcando dicha visión a quienes recién abren sus ojos.
De hecho, toda educación se reduce a eso: ¿cómo quieres que tu niño se enfrente al mundo?
Claro que para responder eso, debes primero saber cómo lo haces. ¿Por qué ventana miras? ¿A través de qué cristal? Incluso… ¿Sobre qué plataforma te paras para hacerlo, o decidirás pararte?
Enseñar a enfrentar al mundo resulta una tarea titánica, y requiere de muchas herramientas, incluso de algunas impensadas, como el buen diseño y la correcta arquitectura. Ambas disciplinas trazan un sendero, ya que el mundo material, el entorno, nos condiciona como humanos, incluso a esos pequeños seres que son los niños.
No tiene que ver con la estética, ni con el tamaño para su espacio, ni siquiera con el dinero que se pueda invertir en él. Sino con que su planteo es una gran estrategia para fomentar el desarrollo.
Muchos deciden la habitación de sus hijos basados en la intuición, o lo llenan con lo que el mercado ofrece. Rara vez consideran si la decisión se ajusta o no al modo que quieren que ganen instrumentos para enfrentar la realidad. Así su elección se acomodaría a la forma que los criarán para que así lo logren. Se trata de señalizar un sendero.
La arquitectura y el diseño especializado son siempre herramientas, y esta vez, auténticos picos y hasta cinceles, no para tallar a tus hijos, sino para abrir las mejores huellas para que ellos puedan armar su camino, y abrir su ventana al mundo.
De igual manera que los padres optan, cuando poseen la posibilidad, por un colegio por sus metodologías, deben elegir su habitación, ya que la arquitectura y el diseño aplicado a niños, traen de la mano pedagogías-líneas de crianza asociadas. Pudiendo de este modo definir espacios estructurados en la misma línea que el estilo de colegio que desean (reforzando el tipo de crianza) o complementarios (para que tengan un abanico completo). Lo cierto es que “la educación empieza por casa”. Veamos algunas de los tipos de arquitectura y diseño aplicado a niños.
¿Quieres que tu hijo enfrente al mundo desde la libertad y la independencia?
Diseño y Arquitectura para niños según la Pedagogía Montessori: Arquitectura para el desarrollo autónomo
María Montessori, educadora y médica italiana, fue creadora del método de educación que lleva su nombre a principios del siglo xx, centrado en la capacidad espontánea de los niños para aprender y desarrollarse por sí solos, en un ambiente adecuado que fomente su crecimiento. Se basaba en que los niños hasta los 6 años tenían lo que llamaba una “Mente Absorbente” , una capacidad innata para recoger información de su entorno, o sea conocimiento, de una manera espontánea. Primero a nivel inconsciente (de 0 a 3 años) y luego a nivel consciente (de 3 a 6). Una situación que los marca para el resto de la vida, y que de ser correcta contribuye positivamente al desarrollo del cerebro respetando su individualidad y estimulando su autonomía, y la confianza en sí mismos. Los niños hasta los 6 años no memorizan, ni guardan sino que encarnan, haciendo suyo cada suceso, cada palabra, y cada sentimiento. Además no separan lo bueno de lo malo, simplemente absorben todo cuanto les rodea, siendo una gran posibilidad pero también, un gran riesgo de utilizar incorrectamente esta posibilidad. Quizás por esto Montessori le otorgaba un papel fundamental a los adultos, en especial a los padres, considerándolos como los guías principales del niño.
¿Y cómo es el diseño de un espacio Montessori?
El ambiente adecuado, dormitorio u otro sitio propio, debe cumplir con ciertos aspectos que promuevan en el niño:
Autonomía y Accesibilidad
Todo debe estar diseñado para que los niños puedan interactuar a través del espacio sin la intervención de un adulto, aunque su presencia es siempre recomendada. El sitio debe favorecer su autonomía física (desplazamientos y movimientos) y la autonomía emocional (elecciones). Para ello hay que considerar que tenga una correcta visualización desde su punto de vista, dimensiones (principalmente cuidando la altura), facilidad de manejo y maniobra del lugar y de sus complementos, así como seguridad. Por ejemplo se recomienda “la Cama Autónoma”, un colchón a nivel bajo (a veces casi en el suelo) que conceda la independencia suficiente para entrar y salir de la cama, sin necesidad de pedir ayuda, incluso cuando es bebe y empieza a gatear. También, muebles y estantes bajos para que todo esté a su alcance. Por ello, deben considerarse suplementos cuando las alturas son fijas y no corresponden a su altura, tal como sucede en un lavamanos de un baño compartido. El sitio debe dar la posibilidad al niño de comenzar aventuras cuando así lo quiera.
Reconocimiento e Identidad
De cada sector del espacio, y de él mismo como individuo. Aconsejándose para esto último, la utilización de espejos en el diseño arquitectónico, a su altura y siempre cuidando la seguridad. Esto permitirá verse reflejado y mirarse para poder conocer su aspecto y explorar sus movimientos y expresiones. También es conveniente una zona de vestidor (por más que sea un simple perchero) que pueda contener 3 mudas de ropa para que según sea necesario pueda ejercitar el criterio de qué ponerse según lo que la situación y su cuerpo necesite.
Organización y Claridad
Cuando los ambientes externos están ordenados, la organización interna del niño (y su razonamiento) tiende fácilmente a ocurrir. Es adecuado plantear sitios de guardados abiertos y cerrados, que permitirán diferentes modos de organizar. Demasiadas opciones pueden generar confusión, incluso dificultar la toma de decisiones. Es por ello que debe crearse un ambiente simple y casi minimalista. De tonos claros, de modo que sea casi un contenedor neutro, con ciertos puntos o situaciones protagonistas, como un recoveco para libros de cuentos.
Observación y Sensación Debe considerarse la colocación de cuadros, láminas o ilustraciones, siempre a su altura de visión (de otro modo no será útil). Permitirá estimular la observación además de despertar el interés en el arte. Por otro lado con los materiales y componentes se impulsa a despertar sus 5 sentidos. Y a través de ellos, el niño capta el mundo.
Curiosidad e Imaginación El sitio debe ser un llamado a la exploración, pero también a la imaginación y esto se logra aportando un espacio simple que pueda convertirse en escenarios imaginarios con solo mover algún elemento componente. Para ello cuanto más flexible sea el lugar y los objetos más oportunidades de crear habrá.
De hecho Montessori impulsa desde todas las ópticas la libertad del niño. Y esto se traduce en un diseño especializado y o arquitectura sin obstáculos para su desarrollo.
“Nadie puede ser libre a menos que sea independiente; por lo tanto, las primeras manifestaciones activas de libertad individual del niño deben ser guiadas de tal manera que a través de esa actividad el niño pueda estar en condiciones para llegar a la independencia” María Montessori
¿Quieres que tu hijo enfrente al mundo con todo su ser?
Diseño y Arquitectura para niños según la Pedagogía Waldorf: Arquitectura para despertar cabeza, corazón y manos
Rudolf Steiner, quien vivió entre 1865-1925, fue un filósofo austriaco, creador de varias teorías y líneas de pensamientos sociales y espirituales. Fue el fundador de la antroposofía y la educación Waldorf, involucrándose en muchas más artes y disciplinas incluso en la arquitectura. Controversial muchas veces, siempre fue un buscador del camino de la sabiduría y del conocimiento de la esencia humana.
La pedagogía Waldorf se alimenta de los principios de la filosofía Antroposófica. Una de las principales características de su enfoque es que la formación de un ser humano debe ser holística. De este modo, Pensar, Sentir y Actuar estarían siempre vinculados en un “todo” educativo que abarque “cabeza, corazón y manos”. Y si bien desarrolló la educación en tres etapas donde se fomentan distintas aptitudes humanas y estrategias de aprendizaje diferenciadas por fases biológicas, existen ciertas directrices comunes. Y estos se reflejan en el espacio.
¿Y cómo es el diseño de un espacio Waldorf o Antroposófico?
El ambiente adecuado, dormitorio u otro sitio propio, debe cumplir con ciertos aspectos para estimular “cabeza, corazón y manos”
CABEZA
El cerebro activo: El desarrollo del niño a través de la Experiencia y el Juego.
El sitio debe fomentar la exploración y sorprender los sentidos. Debe ser capaz de transmitir un alto sentimiento de apropiación, para que las experiencias se sientan propias. Por otro lado el sitio debe promover dinámicas de juegos y contener estrategias de gamificación. Todo debe dirigirse hacia el desarrollo personal. Desde el color a la geometría. Así utilizan espacios irregulares que impulsan el movimiento y el pensamiento tal como los muros divergentes liberando sus movimientos y sus focos de atención (los muros convergentes tienden a dirigir). También, es habitual la figura del trapecio debido a sus características formales.
El cerebro Racional: Promover la Flexibilidad, el Pensamiento Divergente y el Juicio Personal
El lugar debe cambiar o transformarse funcionalmente, ante cada situación diferente, abriendo las posibilidades de uso para fomentar proyectos. En lo posible, el niño debe tener control frente a este cambio. Esto incluye tabiques móviles, mobiliario mutante, espacios que se conforman circunstancialmente por agrupación de elementos.
El Cerebro Creativo Impulsando la Creatividad, la Imaginación, incluso el valor del mundo mágico.
El espacio tiene que dar lugar al cuento, a las historias, a la ensoñación. Todo ello resulta un proceso enriquecedor. Y se manifiesta arquitectónicamente con elementos no tradicionales en el diseño, además de un rincón convertible en múltiples escenarios. Puede jugarse con la iluminación. Es interesante prever la posibilidad de filtrar o bloquear por completo la entrada de la misma. Así, sus variaciones podrían producir infinitas posibilidades de atmósferas dependiendo de las actividades.
CORAZON
Conexión con la Naturaleza Valor por lo Natural y lo Orgánico.
Los espacios deben estar construidos, por lo menos en su terminación por materiales naturales. También es útil que exista un sitio que pueda contener elementos de la naturaleza para el trabajo manual o recreativo como piedras u hojas que resulte inspirador. Por último debe plantearse de tal forma de conectarse espacialmente con el exterior. Vistas al verde. Aire fresco en una ventilación pensada. Ingreso de luz. Etc. La conexión (directa o indirecta) se considera beneficiosa para la salud psicoemocional de los niños. De existir acceso, se presenta como material para las distintas actividades. Se suele incluir zonas de tierra o arena, y una gran cantidad de vegetación (plantada directamente en la tierra o en macetas).La conexión indirecta (visual) debe estar al alcance de los ojos del niño.
Conexión con uno mismo y sus creencias: Espiritualidad en la cotidianidad (lo que no siempre es igual a un credo o religión)
El lugar propio debe dar lugar a rituales personales. Rituales que vengan de la tradición familiar, cultural o religiosa. Rituales que conecten al niño con los valores y la esencia de la vida. Por ejemplo, si habláramos de algo religioso claramente hablaríamos de un lugar calmo donde orar o de ofrendas al ser superior. Será cuestión de saber que rituales se quieren impulsar, puede tratarse por ejemplo de una zona de convite bien pensada para fomentar el ritual social.
MANOS
Manos en acción Impulsando la Construcción Humana, el Valor del Arte, los oficios, lo manual
El sitio del niño debe contener un lugar pensado para las actividades manuales. Eso significa un lugar seguro, donde pueda ocurrir el desarrollo desde el principio hasta el final. Que pueda limpiarse correctamente, sea resistente y apto para materiales y con una buena superficie de apoyo e iluminación. Además debe haber un sitio para la exposición de las creaciones.
Manos unidas Promoviendo la conexión con los otros y el compartir. El valor de lo cooperativo
El espacio del niño debe plantearse como un sitio desde donde el, como anfitrión puede compartir su mundo con otros niños, y con sus mayores referentes. Y eso incluye lugar para ser ocupado por otros, ya sea al invitar a dormir, a jugar, a charlar, y a compartir actividades.
“Una educación para despertar y no para llenar” Rudolf Steiner
El desarrollo holístico buscado en el niño es prioridad y se manifiesta en cada cualidad del espacio como llamadores a la acción, siempre respetando las creencias y necesidades particulares. Esto ha hecho de esta filosofía y pedagogía uno de los movimientos escolares independientes más grandes a nivel internacional.
¿Quieres que tu hijo enfrente al mundo desde sus capacidades innatas?
Diseños y Arquitectura para niños según la pedagogía basada en la teoría de Múltiples inteligencias: La arquitectura de los Rincones para el desarrollo cognitivo
Howard Gardner, nacido en 1943 es un psicólogo estadounidense, conocido por sus investigaciones en el análisis de las capacidades cognitivas y por haber formulado la teoría de las Inteligencias Múltiples. Nacemos con determinados talentos que conviene identificar desde que somos niños, porque potenciarlos reforzará nuestra autoestima, nos permitirá tener éxito, motivación y satisfacción. Estas destrezas pueden englobarse en varias áreas o tipos de inteligencia, como la Inteligencia lingüística o la naturalista. Siendo natural que todos tengamos una inclinación por algunas de ellas, y probablemente dificultad en otras.
A partir de ello se plantea generar los estímulos necesarios para que aquellas inteligencias innatas encuentren su mayor desarrollo, transformándose en el camino sólido para el niño, en su directriz para desenvolverse. Pese a ello, también suelen identificarse cuales son débiles, y en algunas ocasiones se intenta trabajar para suplir las carencias de tal forma que no sea esto un obstáculo. Esta pedagogía considera que cada tipo de inteligencia se puede entrenar en el niño desde un enfoque lúdico y relajado. Siendo el espacio el marco para generarlo, a través de sectores especializados. Se procura que cada detalle y elemento componente ayuden a desarrollar las competencias, destrezas y actitudes relacionadas con cada inteligencia.
Esto también debe trasladarse a la casa, para que la estimulación sea completa. Para ello deben generarse en su sitio 8 rincones o espacios (puede ser o tener como protagonista un fragmento de pared, de piso o incluso de cielorraso), considerando que estos espacios puedan crecer en ocupación o decrecer según el desarrollo del interés del niño.
• El rincón de las historias (para leer o crear)-La inteligencia lingüística-
• El rincón del análisis (un lugar de concentración y observación) La inteligencia lógico-matemática-
• El rincón activo (un lugar para hacer variadas actividades, como artísticas o de coordinación) La inteligencia espacial
• El rincón musical (un rincón para escuchar y o generar ritmos) La inteligencia musical
• El rincón para una rutina de movimiento (para cualquier actividad que se base en el movimiento del cuerpo). La inteligencia corporal
• El rincón para expresarse y sentir (donde se exploren sensaciones y sentimientos a través del movimiento corporal o actividades) La inteligencia cinestésica
• El rincón del respeto natural (un sitio que permita el contacto con los procesos o materiales naturales) La inteligencia naturalista
• El sitio del autoconocimiento, la interacción y las emociones (un sitio para ayudarlos a pensar, gestionar sus emociones y proponerse objetivos y metas. También para invitar e interactuar con otros) La inteligencia emocional intra e interpersonal
Esta pedagogía busca que el espacio sea una herramienta para el desarrollo de las habilidades, logrando niños perspicaces con capacidad de conquistar sus metas y el mundo a partir de su cristal.
“Toda inteligencia puede ser desarrollada por cada niño, en mayor o menor medida, siempre y cuando sea potenciada.” Howard Gardner
Y hay más posibilidades…
Existen además de las anteriores una infinidad de pedagogías que como ellas tienen una correlación con el planteo del espacio y su arquitectura. Cada una, refleja su filosofía y las directrices, buscando contagiarlas al niño con su uso. Tal es el caso de la Pedagogía Reggia Emilia del italiano Loris Malaguzzi que entiende el aprendizaje a través de la investigación, exploración y observación, que encuentra refugio en los espacios de exploración e introspección dirigidos. O también de la actual Pedagogía 3000 (o del Tercer Milenio), impulsada por la antropóloga francesa Noemí Paymal, que absorbe pedagogías anteriores y avances de las neurociencia, a la vez que incorpora nuevos paradigmas como la inteligencia intuitiva, por la que muchos padres que consideran tener hijos índigos o cristal, la eligen. Para finalmente presentar una educación holística que abarca el desarrollo del ser humano en 10 niveles: Físico, Emocional, Cognitivo, Ecológico, Estético-creador, Intuitivo, Espiritual, Social, Multicultural y Ético-solidario. Pedagogía que se refleja en la arquitectura con espacios únicos y múltiples a la vez, capaces de ofrecer herramientas para cada nivel de desarrollo.
Además de ello, también es posible, la combinación de tipologías de espacios basadas en pedagogías distintas, siempre que exista un buen diseño.
¿Y qué pensamos nosotros de los niños, el espacio y el hecho de enfrentar el mundo?
Creemos que todos los cristales son válidos, mientras sean utilizados con criterio. Que siempre ha de tomarse en cuenta el tipo de crianza que los padres quieren aplicar, y las condiciones iniciales de existir (habitación o espacio existente). Pero también que el mundo cambia con el ejemplo y no con la opinión y por lo tanto ha de mirarse las dinámicas de los adultos y los deseos para ese niño. También la historia de los ancestros, rescatando espacialmente sus ejemplos y valores. Generándose un espacio de doble usuario (niños-adultos) para que haya lugar en donde los “grandes” muestren que creen en el niño, pues solo si esto sucede, el niño creerá luego en sí mismo.
Pensamos que cada niño es un diamante potencial, y que si posee por edad ya gustos definidos ha de incorporarse, al igual que sus características de personalidad (las que hay que reafirmar y las que no). De lo contrario, que se debe planear un espacio donde esas cualidades y situaciones pueden ir haciéndose lugar.
Consideramos que siempre hay que encontrar la manera de estimular sus sentidos, su creatividad e imaginación, su capacidad de ser hacederos, su optimismo y valores, la empatía, y sus inteligencias. Para que pueda mirar con un ojo y soñar con el otro.
Por lo anterior, cada vez que nos toca diseñar o aconsejar para un espacio de niños aplicamos todo ello, creando un pequeño mundo propio sumando cualidades y recursos que terminen de cerrar el planteo general, como si fuese un relato espacial en desarrollo. Su propia historia de aventuras en un gran refugio.
Pues creemos que todo se trata de trazar un buen sendero, construir una buena ventana, y colocar un buen cristal.
Es importante definir el espacio propio del niño, y como éste aún se supedita al adulto, tú deberás levantar su estructura, para que sea firme y estable, y pueda soportar incluso tempestades futuras, vientos huracanados, y calores sofocantes. Estarás con tu decisión abriendo las huellas de su camino para que se enfrente al mundo con aptitud. Y seguro él algún día te lo agradecerá.
Solana Gorczynski
Arquitecta
"QUIENES SOMOS"
"MUCHAS PUERTAS, MUCHAS EXPERIENCIAS"
MAS SOBRE NUESTRO TRABAJO EN ESTA TEMATICA: Enfrentamos el diseño teniendo en cuenta todas las pedagogías aplicadas al espacio, neuroarquitectura, la psicología ambiental, el diseño lúdico, y la arquitectura dinámica estimulativa (a partir de estudios registrados de nuestra propia autoría) que analiza las dinámicas y la estimulación necesarias.
Gran aporte. Envío a mis hijos a una escuela waldorf y me interesaba extender en casa sus modos de vida y aprendizaje de valores.Gracias Analía
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