martes, 20 de julio de 2021

GESTOS SALUDABLES EN EL ESPACIO

EN POCAS PALABRAS...

Un Gesto Saludable en el Espacio, es una Pequeña Intervención de Diseño que permite que el Entorno Vital, nuestra casa, sea el mayor aliado para nuestra salud, transformándolo en una plataforma que nos apoye e impulse, pese a las complejidades de salud, bienestar, o simples deterioros a enfrentar, que nos presente la vida.  


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lunes, 19 de julio de 2021

GESTOS SALUDABLES EN EL ESPACIO VITAL Pequeñas Intervenciones de Diseño que generan Grandes Cambios. La Nota Completa

 


Como en la vida, no sólo con grandes gestos se puede lograr un cambio sustancial.  El poder del Diseño es tal que incluso con pequeñas intervenciones, se puede modificar un planteo espacial. Y con él, la vida de una persona. Es lo que sucede con aquellas pequeñas intervenciones aplicadas al Entorno Vital Material o Espacio Vital, que suele ser nuestra casa o donde habitamos.  Lo que no es poca cosa, ya que este “sitio” tiene relación directa con la salud.

Es que nuestro “espacio vital” (que es todo aquello  que nos rodea sin formar parte de nosotros mismos -desde objetos a sitios- y cuya existencia es necesaria para que podamos desarrollar nuestros requerimientos vitales), si está bien configurado  resulta ser el “Activo en Salud” más importante. 



Siendo un “Activo en salud, cualquier factor (o recurso) que mejora la capacidad de las personas, para mantener y sostener la salud y el bienestar…” (Un concepto reconocido a nivel mundial,  concebido por  el epidemiólogo social Anthony Morgan).  

De este modo, el Espacio Vital como un gran “Activo en Salud” se convierte en un “Sitio Salutogénico”.

La Salutogénesis, un término acuñado por el sociólogo médico Anton Antonovsky, tiene como foco principal “generar salud”: cada persona la suya propia. 

El modelo salutogénico postula que la buena salud emocional, psíquica y somática, de algún modo el bienestar saludable, se mantiene gracias a la habilidad dinámica del ser humano para adaptarse a los cambios de sus circunstancias vitales, incluso las que suceden como consecuencia de enfermedades que le toque atravesar. 

Para ello deberá contar con los instrumentos necesarios.  En términos generales se necesitan dos cosas:

1-Lograr el Sentido de Coherencia (SOC) aun cuando -pasamos dificultades.  Significa tener, gracias a la implementación de herramientas, la capacidad de afrontar la incertidumbre y el caos. O sea, pese a los avatares, confiar en el transcurrir diario de la vida. Sentir que podemos controlar bien nuestras necesidades y acciones (en este caso en nuestro Espacio Vital). Tendrá que ver si logramos PERCIBIR CORRECTAMENTE NUESTRO ENTORNO, PODEMOS MANEJARLO Y PODREMOS MANEJARNOS A NOSOTROS EN EL. No sólo es funcionalidad, también es sentir seguridad objetiva y subjetiva en el lugar, ya que con miedo no hay control.


2-Tener los Recursos Generales de Resistencia (RGdR): son las herramientas, en el caso de un sitio vital,  materiales (como una puerta amplia para alguien con cierta dificultad para moverse), que hacen más fácil a las personas transitar de forma amable, coherente, estructurada y comprensible su vida.  Es poder “resistir” a cualquier desequilibrio gracias a “ciertos recursos que nos sostienen en la salud “. Se trata de Los GESTOS SALUDABLES


Los gestos son manifestaciones de ideas, de forma no verbal, y aunque en su origen solo se referían al cuerpo humano y a su comunicación, su concepto se extiende mucho más allá. Siendo acciones, situaciones, hábitos, regalos y detalles entre otras cosas que siendo pequeños resultan significativos.

¿Cuáles gestos recordas que hayan sido relevantes en tu vida?

Los Gestos Saludables en el Espacio

Los Gestos Saludables siempre responden a nuestras Necesidades Prioritarias que deben desarrollarse en nuestro Espacio Vital, para sostener o construir nuestra salud. Y se materializan habilitando que se den adecuadamente las “Funciones Primordiales” que así lo permitirán. Existen dos tipos de Gestos Saludables:

1-Aquellos que Corrigen y Optimizan Funciones Primordiales en el Espacio. Eliminando obstáculos y logrando que el sitio sea un buen respaldo para su desarrollo. Ya sea, ordenando el espacio vital,  o encaminando rutinas o hábitos. También modificando la percepción del espacio, cuando ésta presenta dificultades para ser comprendida por la persona, impidiendo que ésta resuelva en él alguna función.  

Un ejemplo típico para optimizar una función primordial, el “comer”,  es cuando se interviene el espacio para modificar un ambiente obesogénico.  Hemos visto ya como el entorno influye sobre nuestro consumo, por lo que modificar ciertos factores que nos rodean en nuestra propia casa donde comemos,  puede ayudarnos a seguir una dieta saludable y patrones de conducta afines.  Lo mismo sucede cuando ha de darse pelea a la abstinencia alimenticia. Nuestro sitio vital juega a favor o en contra. Todo se trata de intervenir el sitio eliminando estímulos negativos y sumando factores espaciales para fomentar la alimentación consciente. Modificando finalmente los  lugares de comer y cocinar (mindfoodness aplicado al ambiente)

2- Aquellos que Potencian e Impulsan Funciones Primordiales en el Espacio.  Considerando cualidades y biorritmos de las personas.  Inspirando nuevos hábitos saludables o rutinas, como también siendo el punto de partida para entrenar funciones o incorporar nuevas que no sean habituales,  pero que permitan construir salud. Por ejemplo adecuando el espacio para lo cognitivo.

Un ejemplo de ello es cuando se interviene para potenciar la Concentración en el estudio de los niños con déficit de atención e hiperactividad (TDAH): “el concentrar”. Se busca filtrar estímulos que distraigan e incorporar recursos espaciales que permitan dirigir y capturar la atención en el ambiente donde hacen actividades y tareas, a la vez que contener su hiperactividad.

Según cada realidad que atravesamos existen Necesidades. Pudiendo existir una pequeña intervención  necesaria en el entorno, para cualquier Función Primordial requerida.


 Además todos tenemos una forma diferente de captar el mundo.

Por ejemplo, no siempre nuestros sentidos sensoriales están correctamente calibrados, a veces incluso tenemos alguna deficiencia natural o adquirida por los años o patologías.  Y los sentidos son nuestras herramientas por las que conocemos el mundo y captamos al espacio. Cuando existe cualquier desequilibrio, se busca introducir factores que lo compensen. Basta pensar en alguien con dificultades visuales. La  iluminación, las visuales marcadas y el tratamiento de los contrastes son claves, además de otros recursos como incrementar la ayuda de otros sentidos como el táctil o el auditivo para lograr que exista una correcta estimulación. 

Por lo contrario a veces se necesita bajar la sobre-estimulación.  Incluso hay quienes sufren de  hipersensibilidad sensorial. Aquí aparecen varios tipos de intervenciones espaciales. Uno muy conocido es el “Rincón de la Calma”, habitual para niños autistas, cuando se busca introducir un gesto saludable en vez de un diseño completo como ya hemos visto. Aunque el “Rincón de la Calma”, que impulsa “el calmar” es útil con el diseño adecuado, para  todos. Muy  recomendado por profesionales para niños en general entre 3 y 8 años, cuando no haya un diseño especializado total en su habitación que cubra todas las necesidades. Aunque también puede  ser diseñado para adultos buscando controlar el estrés. El “Rincón de la Calma”  tiene como fin no solo calibrar sentidos sino también emociones. Su materialización variará según la necesidad y el perfil y la etapa de vida que atraviesa la persona a quien va dirigido.

El espacio siempre está allí para nosotros, incluso en los últimos instantes de nuestra existencia. 

También en los más complejos. Y si está bien proyectado, siempre será útil.

Hemos hablado del desarrollo de un espacio completo para alguien con demencias corticales como el Alzheimer, pero también sin llegar a un proyecto íntegro, puede intervenirse su entorno vital con Gestos Saludables  para controlar ciertos síntomas conductuales. Tal es el caso del “deambular”, de tal forma que los recorridos sean lo más seguros posibles.

Así, “La intervención espacial con gestos” surge entonces como otra opción a los desarrollos de diseño integral,  trayendo también resultados efectivos puntuales, por lo menos a la función primordial que buscan allanar.  Más allá de los recursos, se trabaja muchas veces con lo que se llama “Designación o re-designación espacial”, volviendo al origen de la relación entre el espacio y el hombre. Cuando  éramos “nómades” íbamos con nuestras cosas a cuesta (objetos vitales) y designábamos temporalmente los lugares y los “ajustábamos dentro de las posibilidades”, para realizar nuestras necesidades, comer, dormir, etc. Cuando se interviene sucede algo parecido. 

Como el espacio no ésta funcionando como debe, debemos designar o reasignar funciones a veces a otros sitios, u otras en el mismo lugar pero de otro modo, aplicándole un tratamiento espacial. 

Imaginemos a una persona con ciertas dificultades que deba terminar de higienizarse en el dormitorio o la cocina. Los gestos saludables pueden resolver que cualquier función primordial que necesitemos ejecutar se haga de manera adecuada para todos.

Por ejemplo, se pueden introducir ciertos Gestos Saludables para optimizar necesidades y funciones de higiene en personas con Parkinson. Cabe considerar que el Parkinson, la segunda enfermedad neurodegenerativa más importante trae consigo trastornos de movimiento, pero también de equilibrio y posturales entre otras que dificultan tareas habituales que poseen movimientos simples pero precisos, resultando ser complejos para personas que sufren temblores, lentitud de movimiento, rigidez, inestabilidad incluso,  anomalías al andar que incluyen bloqueos en pies.  Allí es donde los Gestos Saludables referidos al “higienizar” con los que se puede intervenir el espacio (baño y otros) cobran gran importancia vital. Desde puertas aptas, eliminación de obstáculos,  apoyos y sujeciones, hasta alturas adecuadas, por ejemplo del inodoro (con suplementos en el asiento). Se trata de generar seguridad extra donde deben darse funciones de higiene. De independizar el equilibrio postural de las funciones. Por ejemplo si se puede estar sentado para lavarse los dientes u otras tareas con un asiento que no sea un obstáculo, debe elegirse. Además, se estudia la marcha, los giros, la posición de los pies (que muchas veces se señala) para que los cambios de movimiento como el sentarse en el inodoro sean asistidos por el espacio que puede aportar precisión y coordinación.  Existen una infinidad de Gestos Saludables para intervenir el entorno vital para esta patología. Pero siempre todo debe ser fácil de manejar, liviano,  ordenado y accesible, intentando eliminar peligros.

Por otro lado, la “designación espacial” puede también imponer una “función prioritaria” en nuestro hábitat que quizás aún no realizamos, para que sea incorporada en la rutina de nuestras vidas. Algo importante cuando se trata de construir salud.

Los “Rincones Lúdicos para adultos” son un buen ejemplo de ello, útiles para potenciar y entrenar funciones cognitivas. Deberían ser parte de todos los entornos vitales, pues el juego es un recurso para conseguir salud. Permitiendo ganar plasticidad cerebral, crear reserva cognitiva, activar ambos hemisferios cerebrales e impulsando el envejecimiento activo que nos permita ser independientes y sentirnos plenos por más  tiempo. Se trata no solo de recreación sana sino de generar un espacio de entrenamiento, similar a cuando se crea un lugar dentro de nuestra casa para rutinas de gimnasia corporal. También en este caso, los Gestos  Saludables incluyen la designación del sitio y el tratamiento espacial flexible para poder “jugar y entrenar” solo y acompañado. Llamando siempre a la acción pero desafiando en este caso a nuestra mente.

Independientemente a este último caso, constantemente se tiene en cuenta la reacción del cerebro de la persona, respecto a cómo este percibirá al espacio para llevar a cabo la Función Primordial. 

Nuestro cerebro es el verdadero protagonista siempre. A través de él entendemos el mundo. Incluso nuestro entorno vital.

De hecho todos no captamos el mundo material de igual manera, un caso especial de percepción que ya hemos analizado resulta el autismo, sin embargo en muchos otros casos puede surgir la incertidumbre o la inquietud cuando se vive el espacio. Basta pensar en individuos con depresión que necesitan de ciertos factores espaciales, como la luz, el sonido o el color específico, para no sentirse oprimidos en su propio entorno vital.

Los Gestos Saludables, independientemente a los aplicados al espacio, son general hábitos y estilos de vida,  relacionados con las actitudes básicas para construir nuestra propia salud, tal como dormir una cantidad de horas o hacer ejercicios. ¿Qué hábitos saludables tienes tú? ¿Y cuáles te gustaría incorporar? El espacio será tu aliado

Como se llevan adelante estas Pequeñas Intervenciones en el Espacio

Se plantean pequeñas estrategias para que el usuario pueda vivir una buena experiencia en el espacio.

Esto se logra en dos partes.

Primero: Se genera “el Análisis de la Función Primordial que no está siendo óptima en el Espacio”, viendo como existe una conexión deficiente entre ambos, y como el entorno “interfiere” en su correcto desarrollo.  

Por supuesto teniéndose en cuenta la realidad puntual del que la necesita. Los datos de la situación personal pueden provenir de un diagnóstico médico  (cuando involucra una enfermedad como causante) o por la propia descripción del protagonista o de quien busque resolver la situación. Lo cierto es que sobre todo en las patologías, pero también en los hábitos, existe un conjunto de síntomas conductuales espaciales  típicos a considerar. Se tiene en cuenta incluso su naturaleza, si se trata de transitorios, si varían a partir de algún factor ambiental, si irán en aumento, cuánto entorpecen el desarrollo de otros requerimientos (familia de necesidades y funciones), etc.

Segundo: Se establecen “las Pequeñas Intervenciones Espaciales” que buscan generar una compatibilidad cierta entre el usuario y la función primordial que busca desarrollar, y el espacio.  


Se trata de cambios que permitan  “moldear” el sitio para corregirlo. También de ajustarlo para potenciar a la persona que lo use.  Las Intervenciones en general no  son estructurales desde la ejecución (con nada o poca obra), aunque cambian el transcurrir de una persona.  

No es decoración aunque a veces se utiliza sus reglas, pues no tiene una meta “estética”. No es  arquitectura, aunque  a veces se echa mano a lo constructivo y se interviene por ejemplo un baño, colocando barras de sujeción para hacerlo accesible a una patología.

La decodificación de un gesto, suele ser de modo casi inconsciente.

¿Cuáles son los gestos que existan en tu casa que abren paso a tu bienestar?

Nuestra experiencia: El Desequilibrio es parte de la Vida y el Espacio siempre debe acompañar

En Activo Design, desde hace años, nos dedicamos a resolver sitios donde existe una relación profunda entre sus usuarios y el espacio. Para ello echamos mano a la Arquitectura y al Diseño Especializado, utilizando parámetros de Neuroarquitectura y Neurodiseño,  Psicología Ambiental y Arquitectura Dinámica Estimulativa entre otros, y siempre teniendo en cuenta todos los requerimientos vitales reales. Pues, como es anunciado en este blog, “creemos que la arquitectura y el diseño pueden hacer mucho por nosotros”. Pero la experiencia nos ha demostrado que a veces no es suficiente con resolver en un momento determinado,  un espacio vital,  cuando la vida nos enfrenta a circunstancias inesperadas. También que en otros casos, los usuarios no pueden enfrentar o no desean hacerlo, por un abanico de razones, un proyecto completo, aunque se trate de una sola habitación.

Fue así que en este camino que nos entusiasma de “crear experiencias espaciales” surgió nuestro emprendimiento “Activo Salud donde nos dedicamos a resolver las  “interferencias espaciales en los entornos vitales”. Llevando con nosotros toda nuestra experiencia, a un nuevo reto. Aquí nuestro foco no está en el espacio (o mejor dicho no en primer plano). Sino en la Función Primordial  y su desarrollo en dicho lugar. El desequilibrio es parte de la vida, y el espacio siempre debe acompañarnos, ya que como hemos dicho en “Te quiero espacio” es “nuestra verdadera media naranja” y debe cumplir con nuestro Programa Real de Necesidades. 

Desde  allí buscamos generar una nueva conexión entre el hombre y su entorno vital, que resulta su casa, o parte de ella con Gestos. Creando finalmente “Experiencias Saludables en el Espacio Vital”

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La vida se trata de eso, de crearnos, y re-crearnos las veces que sea necesario, siempre en búsqueda del bienestar. Por suerte el Diseño trae consigo Pequeñas Intervenciones que pueden generar Grandes Cambios.


Solana Gorczynski
Arquitecta



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viernes, 11 de junio de 2021

MODIFICANDO PATRONES DE ALIMENTACION CON LA ARQUITECTURA Y EL DISEÑO

 EN POCAS PALABRAS...

La Arquitectura y el Diseño tienen la capacidad de impulsarnos a tomar comportamientos y actitudes frente a un plato de comida. Siendo entonces herramientas poderosas.

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jueves, 10 de junio de 2021

MODIFICANDO PATRONES DE ALIMENTACION CON LA ARQUITECTURA Y EL DISEÑO. La Nota Completa



Todos nos movemos en el espacio, con cierto ritmo. Este ritmo es un patrón de comportamiento espacial. Un patrón es una forma de pensar, sentir, reaccionar o actuar frente a una situación, y en el caso del espacio, frente a sus cualidades que le dan forma. Sin ir más lejos todos tenemos patrones de comportamientos en nuestra casa, muchos son copiados de nuestros referentes, otros son productos de nuestras propias reacciones. 

Existen respuestas a todo lo vital, entre ellos al hambre. Cuando satisfacemos, o no, necesidades y deseos, éstas se van guardando en nuestra cabeza, para luego ser utilizadas. Lo interesante es que creando entornos uno puede modificar, reperfilar, incluso cambiar esos modos. Esto se logra por medio de las herramientas de diseño de las que ya hemos hablado, que pueden influir en nuestra forma de comer.
Tal como sucede cuando dos personas que piensan diferente se juntan y desean mostrarle al otro su punto de vista. Se esfuerzan, plantean el caso, exponen sus aristas y sus razones tratando que el otro pueda visualizar la situación y modificar su sentir o comportamiento. Todo se trata de exponer con una buena estrategia. Lo impensado puede hacerte cambiar de opinión.

¿Eres bueno para convencer?

Un patrón de comportamiento tiene cuatro partes a tenerse en cuenta: Primero, una idea o una creencia Segundo, una emoción generada, Tercero una  Conducta y Cuarto una Reacción corporal como consecuencia a la conducta (satisfacción por alimentarnos por ejemplo)

El diseño y la arquitectura son para el comer, grandes aliados, pudiendo modificar ciertos patrones de comportamiento, siendo instrumentos para: despertar la percepción, disminuir el tiempo de consumo, o agilizarlo, fomentar la comida saludable y también reducir la ansiedad hacia la comida. 

Despertar la percepción 

Despertar la percepción tiene que ver con el estimular, con el seducir y con el asombrar. La meta como ya hemos explicado en otra ocasión, es el cerebro, y lo que se debe intentar es “darle buen material”. Saber esto es aunque parezca simple, una herramienta poderosa. El cerebro tiende a tener todo bajo control, y sorprendiéndolo se modificará  el patrón previsible y finalmente el de conducta. En un contexto adecuado y con una sorpresa agradable, el disfrute es máximo. Además no hay que olvidar que la percepción de una experiencia gustativa no es solo física, hay emoción y hay significado. 

Todo ello, bien ejecutado, nos hace disfrutar. Algo de lo que son conscientes chefs de renombre internacional o grupos de creación e investigación culinaria, como es el caso español de la Fundación Alícia (alimentación y ciencia). Ésta investiga como sorprender haciendo trampa para atraer la atención de los consumidores sea, el que se encuentra apto para consumir de forma normal, hasta personas mayores o enfermos incluso con dificultades de deglutir. Lo hacen cambiando texturas, viscosidades, colores, formas, etc. Situación que también puede encontrarse en el espacio que contiene una creación gastronómica, como ya hemos visto, y destinada como en el caso anterior a cualquier tipo de usuario. 

Se dan así dos corrientes (que a veces se superponen): la que despierta la percepción de sentidos sensoriales “una composición para ser sentida” y aquella que despierta  la percepción de significados  prevaleciendo hacer pensar que “el plato a degustar es una joya”. 

En la composición para sentir, los sentidos son claves. Primero la vista, que predispone, prepara y genera expectativas. Segundo el olfato, que confirma los datos de la vista, y suele “dar sentencia”. Al olfato le debemos gran parte de la experiencia gustativa. No solo porque él es el responsable del 90% del sabor (olemos dos veces: primero por nariz, y luego cuando introducimos y masticamos un bocado – las moléculas olorosas viajan por la parte de atrás de la boca hasta la cavidad nasal-). Sino porque el olfato puede ser el aliado del golpe de efecto en una experiencia espacial gustativa.  Para ello es importante conocer que nuestro cerebro procesa olores en la discontinuidad. Esto significa que percibe en el espacio,  aromas nuevos probablemente como parte de un proceso de supervivencia (para saber si hay riesgo en la experiencia). Al rato de percibir, tras evaluar el “no peligro” el cerebro deja de prestar atención. 

Mientras tanto, en la percepción de significados, aparecen desde grandes puestas espaciales hasta simples, pero enormes, platos que buscan enmarcar una experiencia deslumbrando, asombrando y generando algo de misticismo.

¿Cuántas propuestas originales se te ocurren para seducir a alguien?

Aumentar el tiempo de consumo 

Se puede aumentar el tiempo de consumo,  mejorando con ello la calidad y forma del mismo a través de la propuesta general. Basta pensar en el caso del diseño y la arquitectura del Slow Food. El Slow Food (comida lenta) es una filosofía para lograr un estilo de vida más relajada, que surgió por  cuestionamiento gastronómico  en 1989 a un restaurante de comida rápida en Italia.  

La idea es fomentar la valoración del alimento, su preparación y consumo en un ambiente acorde, pero también la valoración de la tradición de comer en calma, en grupo, y haciéndole honor al disfrute del encuentro y al contacto de todo lo sano y natural. Para ello se crean espacios ligados intensamente a la naturaleza  que sincronizan con éste en su ritmo sano y natural, invitando al usuario a adaptar sus dinámicas a él, lo que se traduce en fomentar experiencias extensas,  tranquilas, de reunión y en contacto con lo básico, que haga perder el sentido del tiempo de la mano del disfrute.

¿Sabes cómo extender una experiencia de placer? Utiliza las mismas herramientas para crear un espacio acorde.

Disminuir el tiempo de consumo 

Es una realidad que se puede disminuir el tiempo de consumo. Algo que tuvieron en claro los hermanos McDonald, allá por 1950 donde crearon el concepto Fast Food, que no solo incluía una producción en cadena, sino también un concepto de consumo. El diseño y la arquitectura del Fast Food, se basa en la combinación de colores estratégicos (generalmente rojo para la apertura del hambre y el impulso de comer y amarillo que genera inquietud y colabora en la rotación de mesa), música rápida (que también ayuda a la rotación), imágenes gigantes insinuantes y perfectas, (incluso en vallas en la zona pública que pueden o no coincidir con la realidad, pero que hace que cuando se toma contacto con el producto la compra ya está hecha) y muchos otros lineamientos que se estudian a la perfección.

¿Eres capaz de persuadir a alguien rápidamente? Lo mismo podrás hacer con el diseño.

Fomentar la Comida Saludable

La propuesta espacial debe acompañar siempre el tono de la comida que existe como meta. Si queremos fomentar la comida saludable, el ambiente también debe serlo, y debe promover todos los valores de ello. Transparencia. Valoración de lo esencial. Calma. Consciencia. Neutralidad. 

Todo ello se traduce en la combinación ideal de herramientas de diseño que promueven los hábitos desde preparación a degustación, que puede incluir desde sabias formas de almacenamiento, tentadoras formas de presentación de alternativas, el uso de la luz de manera inteligente, el control de ruidos que puede fomentar el consumo alterado, al igual que la concentración en focos distorsivos como la televisión que nos hace perder la atención en la comida. Por supuesto no debe existir ningún factor de un espacio obesogénico, entendiendo por ello el entorno que promueve el no esfuerzo, el sedentarismo, y los malos hábitos, que fomentan una alimentación no saludable. Por lo contrario debe fomentarse el mindfoodness (alimentación consciente). De cualquier forma siempre hay trucos, pequeños gestos con grandes resultados, como utilizar platos verdes cuando se quiere incentivar la comida de vegetales (por no contraste entre plato y alimento como ya se ha descripto en otra oportunidad)

¿Conoces técnicas para conectarte contigo mismo? Una similar secuencia puede ser útil para crear una experiencia gustativa.

Reducir la ansiedad hacia la comida 

La vida acelerada y las situaciones que atravesamos, nos hacen comer a veces de prisa. Otras veces la comida resulta un foco donde se centra nuestra ansiedad. El diseño y la arquitectura pueden hacer mucho por ello. Generando espacios que promuevan el autocontrol, el autoconocimiento, y la calma pero también sabiendo como dirigir la atención a lo que se debe. Focalizando. 

¿Cuáles son tus claves para no perder el control frente a una tentación? ¿Y para perderla?

La diseñadora especializada holandesa  Marije Vogelzang, creo  “Volumes”, objetos que mantienen el calor además de, gracias a su estética, concentrar nuestra atención. Se colocan en el centro del plato reduciendo la cantidad de alimento (y el cerebro entenderá que hay mayor volumen de comida servida). Pensado para permitir comer menos, concentrándonos en la comida y más lento o en forma más pausada, pues se mantiene por más tiempo la temperatura adecuada (funcionan como agentes térmicos: están hechos de piedras revestidas con silicona resistente al calor) . Esta creación de esta diseñadora va a contramarcha de lo que es ley para un chef: “No poner en un plato nada que no sea comestible”. Ahora bien se cumple el fin del diseño. Funciona. Incluso se podría utilizar con el mismo concepto, algo similar con  niños, desarrollando en ellos paciencia y concentración para degustar sabores que quizás no les sean atractivos, manteniendo el calor mientras el proceso se da y llamando su atención. 

¿Cómo es tu patrón de comportamiento frente a la comida? ¿Cómo debería cambiar el espacio para mejorar tu patrón? ¿Quieres definir un patrón de comportamiento espacial para tus clientes en tu emprendimiento gastronómico?

Debes recordar que las herramientas están en tus manos, y ya las hemos visto. Ahora solo debes decidir el patrón que esperas que el espacio colabore en definir. Todo se trata de colocar tu punto de vista en el espacio.


Para finalizar es importante considerar que un espacio, u objeto diseñado acorde permite siempre patrones. Y si estos son constructivos respondiendo a las verdaderas necesidades, conllevan conductas apropiadas que finalmente traerán satisfacción. Valdrán la pena, que es lo que se busca en el transitar de una experiencia gastronómica.

Solana Gorczynski
Arquitecta



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lunes, 31 de mayo de 2021

PORQUE LA PRIMERA IMPRESION ES LA QUE VALE También en Negocios

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El espacio habla … ¿Qué quieres que diga en esa primera impresión de tu propuesta comercial o profesional?

La primera impresión, transmite un mensaje donde el potencial cliente emite su juicio, y en general no vuelve atrás con su opinión. La Arquitectura y el Diseño Especializado suelen trabajar a partir de “Postales”.  

¿Estas dispuesto a utilizarlas para enamorar?

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