miércoles, 10 de junio de 2020

CREANDO PUENTES SOCIALES Espacios que fomentan la sociabilidad, Autismo y Asperger. La Nota Completa


El Autismo y el Síndrome de Asperger forman parte de lo que se conoce como TEA, Trastornos del Espectro Autista. Estos son trastornos de desarrollo que presentan dificultades en las áreas de la imaginación, la comunicación e interacción social de las personas, ocasionando un comportamiento restringido y repetitivo. 

Lo cierto es que la palabra “autismo” deriva del griego “eaftismos”, que quiere decir, “encerrado en uno mismo”, siendo lo social uno de los campos de batallas más importantes que debe enfrentar un individuo con TEA. Teniendo esto un correlato espacial. Temática que pretendemos desarrollar en esta nota, desde el diseño especializado y la arquitectura, concentrándonos en el planteo del espacio social para usuarios con Autismo y Asperger.

Pero para ello debemos entender primero, de que trata la dinámica social y cuáles son sus protagonistas. Para luego poder generar una propuesta acorde.

Cuando pensamos en una situación social cualquiera de nosotros imaginará un grupo de personas (o por lo menos dos) en un lugar propicio, interactuando, realizando juntas una actividad y compartiendo un modo de llevarla a cabo. Resulta algo tan natural, que son pocos los que se detienen a observar los componentes del hecho y sus particularidades.

Existen dos conceptos implicados en la dinámica social que nos permiten interactuar: las Habilidades y las Prácticas. Y dos protagonistas de la interacción: el espacio donde todo ocurre, y las personas que interactúan. Analicémoslo 

Las  Habilidades Sociales, son el conjunto de actitudes y capacidades para aplicar dichas conductas,  que nos posibilitan interactuar de forma efectiva estableciendo relaciones. O sea las habilidades que dan lugar a la relación con los otros. Existen habilidades básicas como por ejemplo presentarse y otras complejas como expresar los sentimientos, o la capacidad de escuchar.

Las Prácticas Sociales, son justamente la adecuada puesta en práctica de estas habilidades. Son modos recurrentes de realizar cierta actividad, compartido por todos los integrantes de una comunidad, y que ocurren en un espacio que ayuda a delinearlas. Por ejemplo: juntarnos a cenar en un restaurante. De algún modo se convierten al practicarse en rutinas, hábitos y costumbres. Son casi acciones inconscientes, en el sentido de que los individuos no están conscientes (o están parcialmente conscientes) de las motivaciones de la acción que implementan pero, al mismo tiempo, detrás de ellas están siempre los motivos.

Una práctica social se origina a veces naturalmente y se construye o fija a través de la repetición. También puede ser impuesta por medio de la misma dinámica. Es un proceso complejo que comienza por necesidades y se desarrolla hasta alcanzar un estado de  estabilidad, efectividad, orden y control, de manera que pueda ser imitada y que prevalezca en el tiempo. En este proceso también nacen las Reglas que representan los límites de la vida en sociedad. Y el espacio que delinea el hecho adquiere un papel importante favoreciendo o entorpeciendo su desarrollo.

El Espacio donde todo ocurre es lo que la filosofía llama “El Mundo de los objetos”. Es el entorno material en el que vivimos y nos desarrollamos, producto de la creación humana. Entorno que da lugar a ese encuentro con los demás, potenciando la situación cuando acompaña la dinámica. El diseño y la arquitectura junto a otros, son los creadores especializados del mismo, y responsables de que en cada conformación espacial, se desplieguen las prácticas sociales.

Las personas que interactúan somos todos nosotros: Los Agentes Sociales. Seres humanos, que por naturaleza, somos sociales. Aprendemos de conductas, prácticas y reglas desde que nacemos, muchas veces sin darnos cuenta, casi en forma automática o accidental, que se establecen en relación a las condiciones socio-culturales del sitio en el que se vive. Lo que significa que algunas no son apropiadas para utilizar en otra cultura. Habitualmente se siente deseo desde la infancia de formar parte de su grupo de pertenencia, con el cual uno se identifica y donde se quiere participar formando parte de él. 

Ahora bien… ¿Qué pasa cuando existen dificultades del desarrollo del área social como ocurre con quienes poseen Autismo o Asperger? 

Muchas veces las personas con estas dificultades muestran rechazo a situaciones sociales, les causa gran estrés y ansiedad, debido a que poseen complicaciones en la comprensión e interiorización de normas sociales así como su expresión. Pero como hemos dichos las conductas, prácticas y reglas se aprenden, y se fijan. Será cuestión de buenas estrategias que le permitan a este usuario social llevarlas adelante y que el mundo de los objetos colabore estando a la altura de las circunstancias. Veámoslo en detalle.

EL USUARIO AUTISTA, EL ASPERGER, Y LAS ESTRATEGIAS SOCIALES

Cuando las habilidades y prácticas sociales no nacen por la propia naturaleza deben implementarse las estrategias sociales. Estas son planes para movilizar e impulsar las actividades comunes y la sociabilización. No solo a las personas con Autismo o Asperger les cuesta sociabilizar. Existen personalidades retraídas, y también etapas de la vida donde una estrategia que permita interactuar resulta una gran herramienta. 



Imaginémonos entrando solos a una reunión donde no conocemos a nadie. Cuan más fácil sería si hubiera una estrategia de usar una pelota para poder hablar por turnos, escucharnos e interactuar. Esta estrategia no solo se implementa con niños, también en empresas, por lo que está demostrada su efectividad. Por lo general se dispone junto a un espacio adecuado que acompaña la dinámica. Muchas veces estructurado a partir de un círculo, de un foco que haga a los participantes verse la cara, enfrentarse, escucharse, estar atento al pase de la pelota. La estrategia social se apoya así, en un espacio con estructura social.

¿Recuerdas alguna vez haber participado en una reunión y haberte sentido incómodo o fuera de lugar? A todos nos ha pasado en algún momento. Qué bueno sería que el espacio y la estrategia siempre facilitaran la interacción. 

Sobre todo cuando los usuarios tienen dificultad de llevarla adelante. Como en el caso que tratamos donde las complejidades en la mecánica social están presentes en diversos grados. Teniéndose que establecer estrategias específicas según el nivel necesario.

Las estrategias para casos de Autismo o Asperger deben basarse en que cada gesto debe hacerse de forma explícita ya que los niños y adultos que los padecen probablemente no los aprenderán a través de la imitación o la observación. O por lo menos no siempre lo harán. Hay que considerar que en general su comprensión es literal, a veces producto de su escasa imaginación y de la imposibilidad de entender el juego simbólico.  Se debe generar entonces, una serie de planes para promover la respuesta social, que incluya comunicación verbal y no verbal. Facilitando también la atención a las personas (por lo que  hay que cuidar por demás el contacto ocular), impulsando a  comprender las contingencias sociales y promoviendo la conducta por tomas de turnos. Además se debe promover la participación  y la comunicación en actividades conjuntas, logrando una atención compartida. Todo en un espacio donde existan oportunidades evidentes, explícitas y expuestas, que den paso a socializar e interactuar. Esta situación dará lugar a una práctica, cuya repetición mediante rutinas, de las que son proclives los usuarios con autismo y asperger, permitirá no solo fijarlas sino promover su habilidad social. 


Lo importante es considerar el punto de partida social del usuario específico, ya que como hemos visto en otra oportunidad, cambia de persona a persona. De aquí partirá la propuesta del espacio. Para que éste dé lugar a la exposición de forma progresiva de situaciones que requieran alguna conducta social buscada. El proceso debe ser progresivo. Nunca debemos obligar a exponerse a alguien con estos trastornos o con otras limitaciones sociales a una situación para la que no está preparado. Hay que respetar el propio ritmo evolutivo, y también los gustos. Basta pensar que no todos disfrutamos de la misma manera de la compañía o de la participación en reuniones. 

EL ESPACIO SOCIAL PARA EL AUTISMO Y EL ASPERGER: PUENTES ESPACIALES

El Espacio Social para estos usuarios, no es simplemente un espacio que permita el encuentro e interacción. Es un puente social. Y debe ser proyectado de este modo. Su diseño especializado no responde simplemente  por ejemplo a parámetros de dimensiones, iluminación, materialidad, mobiliario básico. Todo lo contrario. Cada decisión debe ser pensada, porque se debe   generar con ellos un Andamiaje Socio-Espacial 

Seguramente sabes y visualizas lo que es un puente, y entenderás que como “une” se lo puede utilizar en esta situación aplicándolo al espacio. Pero ¿Conoces lo que es un Andamio?

Un Andamio es una estructura de madera o metálica que sirve de apoyo en un montaje espacial o construcción para que esta pueda llevarse a cabo. Un elemento de obra, cuyo concepto fue “prestado” por un ratito al mundo de la psicología, tomando allí esencia propia, y volviendo a la arquitectura  para ser protagonista y no solo en la etapa constructiva como elemento utilitario. 

El Andamiaje  Socio-Espacial tuvo así su origen en la Teoría del Andamiaje de los psicólogos e investigadores D. Wood y J. Bruner. Estos a su vez partieron de la teoría de “Zona de Desarrollo próximo” de Lev Vygotsky, que habla acerca de franja del conocimiento o del aprendizaje que no se puede adquirir por uno mismo, y necesita ser “potenciada para la adquisición” mediante la ayuda de otra persona. A partir de ella,  Wood y Bruner elaboran su teoría de este vínculo de aprendizaje estableciendo que los recursos de quien enseña (que actúa con ellos como andamio) están relacionados de manera inversa con el nivel de competencias de quien aprende. Esto significa que “a menos habilidades o destrezas del aprendiz, más recursos va a necesitar el educador”. Por lo tanto, para la correcta adquisición y asimilación de la información debe existir un correcto ajuste entre educador y aprendiz. El andamiaje es así, un sistema de apoyo, “de andamio” que permite el desarrollo, el cual no se lograría alcanzar sin él. No consiste en resolver los problemas del aprendiz, sino en aumentar los recursos que este posee. El andamio podrá ir disminuyendo progresivamente, ajustándose  o cambiando, conforme aumenten las habilidades del aprendiz.

Ahora bien, como se mencionó, el Método de Andamiaje no quedó en el ámbito de la educación. Volvió hacia la disciplina que le dio origen, la arquitectura, y se transformó en una herramienta para diseñar. 

Allí por ejemplo es un instrumento para la intervención urbana donde gracias a la misma, el diseño se convierte  en un medio válido para lograr  transformaciones sociales y culturales, guiando, educando e inculcando nuevos estilos de vida. Ya sea urbanizando un barrio precario, enseñándole a sus usuarios por medio de infraestructura, reglas de uso y convivencia a través de ella, o colocando una red de servicios que “invite al hábito” de no usar el auto y por ende lograr que no colapse la ciudad, por cantidad de vehículos. De igual manera, el Andamiaje Socio Espacial es útil en casos donde la aprehensión tiene complejidades y necesita de apoyo como es el caso de los espacios sociales para el Autismo y el Asperger.

Construyendo el Espacio Social para usuarios con Autismo y Asperger

SU ANDAMIAJE SOCIO-ESPACIAL 

El Andamiaje Socio-Espacial del Espacio Social para el Autismo y el Asperger es de algún modo un conjunto de ayudas, orientaciones e informaciones dispuestas en el espacio, que le permiten al usuario desenvolverse. Todo aquello que necesita como sostén para interactuar, está allí. De manera exagerada, y simplificada. Herramientas identificables, y presentadas de modo muy evidente para que se conviertan en elementos fácilmente asimilables que guíen al usuario en la actividad, en la interacción, y en la práctica social. 

Cuándo no sabes ejecutar algo ¿Te es útil una hoja con instrucciones? 

El Andamiaje  Socio- Espacial es de algún modo eso. 

Además con este mecanismo se busca en cada gesto colocar, o mejor dicho que el propio usuario se coloque (ya que jamás debe obligarse al usuario a algo a lo que no esté preparado o desee) en el papel de iniciador mientras se mantiene un entorno predecible. El fin de ello es generarle un sentimiento de control y “efectividad” del entorno social.

El Andamiaje Socio Espacial está formado por tres partes: los Focos o Metas, Las Claves Ancladas o Guías, y Las Dinámicas o Vías

FOCOS O METAS

Focos espaciales. Metas. Motivos. Nodos en el espacio. Sitios de actividad y encuentro con características espaciales acordes que invitan a la dinámica social.

Pensemos en un pueblo o barrio donde sus pobladores no acostumbran compartir hechos culturales, y se ha decidido inculcar estos hábitos y prácticas sociales desde el espacio. ¿Cómo lo harías? 

Sería ingenuo imaginar que colocando por ejemplo, una sala de exposición conseguirás un resultado efectivo. Quizás es un éxito, mientras resulta novedad, pero luego, solo seguirá siendo un foco para quienes por naturaleza les interesa. ¿Cómo elevar  el nivel cultural del pueblo entero, y que la sala de exposición sea un sitio para aprender e interactuar socialmente?  Claramente hay que “tentar”, saber qué cosas son del agrado natural de las personas de la población para arrancar desde ahí luego con otras temáticas. 

A veces la respuesta es simplemente: cambiar la “escenografía”. Si habitualmente me agradan los espacios abiertos, será “más apetecible” plantear algo con una zona exterior. 

¿Qué cosas o de qué modo te pueden tentar para que hagas algo que no es de tu grado o simplemente no conoces?

Un Foco Social en el Espacio, ya sea con fin urbano, o como un Espacio social para el Autismo y el Asperger debe ser llamativo. Es un sitio de actividad y encuentro. Debe considerar los intereses de los usuarios, a veces como temática central, y otras para que actúen como llaves para alcanzar otras. También se deben pensar los modos de ofrecer la propuesta. Y siempre hay que crear situaciones concretas. Constantemente habrá que destacar lo valioso y  las cualidades del usuario. Eso significa que el espacio debe respaldar su autoestima. También ofertarle alternativas de actividad, e incrementar su motivación a realizar otras acciones funcionales, por supuesto en la medida que no sature.

Por otro lado, debemos considerar que la Proxemia en personas con Autismo o Asperger es distinta. La Proxemia estudia la cantidad de espacio que establecemos entre nosotros y los otros. La relación de proximidad, y la percepción de distancia de estos  usuarios suele ser diferente a las habituales. Necesitan más espacio, a partir del cual las interacciones y acciones puedan desarrollarse sin excesiva cercanía. En función de esto es correcto plantear Zonas o Espacios de distinta intensidad social. Esto nos lleva a crear una combinación de sitios más amplios y otros más acotados donde se pueda interactuar a voluntad de forma más próxima (Áreas colectivas, y áreas más privadas). Al igual que Zonas o Espacios de Escape, para los momentos en el que el usuario puede sentirse superado por la situación social exigente y necesite un lugar, sin o con poca estimulación donde pueda retirarse en busca de intimidad, o de una interacción simple.

Por último, los focos, deben ser espacios blandos, sin rigidez institucional, que parezcan ser un planteo casual pero altamente diseñado.

CLAVES ANCLADAS O GUIAS

Claves. Guías. Reglas. Objetos. Todos en el espacio. Una ayuda-memoria espacial. 

No es suficiente con un “foco”. Para que el Andamiaje Socio-Espacial sea correcto se necesita que el espacio tome la función de instructor, coordinador o apuntador que asiste y orienta a los usuarios en su desenvolvimiento. Esto se da a través de las Claves Ancladas, que son gestos concretos fácilmente perceptibles (códigos de colores, pictogramas, fotografías, etc.) ubicadas correctamente e integradas al espacio. Desde elementos sueltos, pero concatenados, hasta zonas amplias tipo panel con guías, por ejemplo con las normas. El espacio es Instrucción.

Volvamos a pensar en el ejemplo de un pueblo, barrio, incluso en una ciudad. Las claves ancladas se suceden cuadra a cuadra. Basta pensar en la señalética urbana. ¿Alguna vez te han sido útiles en tu desenvolvimiento urbano? 

En nuestro caso, con el planteo de una sala de exposición serían sumamente útiles para indicar, entradas y salidas, reconocer y presentar objetos, enseñando y aclarando lo que el visitante necesita. 

¿En alguna ocasión recorriste un museo prestándole atención a sus claves ancladas?

Algo similar debe introducirse en el espacio social del usuario Autista o con Asperger. 

Las claves ancladas no solamente son una ventaja para comprender las reglas o partes, también sirven como apoyo para la comunicación. No hay que olvidar que en usuarios con Autismo o Asperger se presentan dificultades a nivel verbal y no verbal, y con el procesamiento de la información. Lo que hace necesario eliminar barreras. Siendo el espacio-puente la herramienta para ello. El espacio es Comunicador.

Además, muchas veces las claves son Componentes activos que facilitan la interacción social. (Juguetes, objetos). Por supuesto son en sí elementos seleccionados para ser excusas sociales, y que atraen naturalmente al usuario. Pero desde el diseño se trata de presentarlos de forma que el usuario se sienta motivado a utilizarlos aun cuando necesiten la ayuda de otro.  De este modo se lo moviliza a compartir el objeto deseado con otra persona. Su acceso a ellos debe ser sencillo. A la vez, como habitualmente el usuario puede perder interés por estos, debe permitirse fácilmente su reemplazo (por ejemplo si se colocara en una repisa, esta debe ser lo suficientemente amplia para que puedan colocarse otras posibilidades en la medida que no cambie el entorno predecible y de equilibrio). El espacio es Presentador

DINAMICAS O VIAS

Dinámicas, Vías, Secuencias

Como somos seres en movimientos todos tenemos dinámicas propias o adquiridas. Estas se van superponiendo con las dinámicas sociales o nuevas que se van presentando en el día a día. Todas ellas poseen una estrecha relación con el espacio.

El Andamiaje Socio-Espacial debe dar cabida a las que el usuario trae consigo, para que se sienta cómodo, mientras se le introducen otras prácticas. Debiendo siempre existir posibilidades de apropiación, lo que permitirá la integración del usuario no solo con el espacio, sino también con el hecho social.

Las dinámicas son de algún modo las prácticas sociales en el espacio. Para lograrlo el Andamiaje Socio-Espacial debe ser efectivo. Para ello sirve que se incluyan una serie de decisiones de diseño como ser la existencia de zonas con usos distintos (dinámicas diferentes por zonas). A más posibilidad de acción, más apropiación, y más posibilidad de integración. También debe fomentarse la secuencia espacial general entre las zonas (dinámica general). Pueden existir en la secuencia, zonas de transición que ayuden a descansar o a calibrar los sentidos de estos usuarios cuando esto sea necesario. 

Volvamos por última vez a nuestro ejemplo de la sala de exposición ¿Acaso en el pueblo se camina mucho y se concurre a la plaza? Si la respuesta es sí, claramente debería incluirse senderos con exposiciones, y mesas-expositoras que a la vez sirvieran para sentarse para conversar, al aire libre o en semi-cubiertos. Con esto se lograría cobijar las dinámicas adquiridas, e introducir las nuevas artísticas. Con el tiempo, se habrá modificado los patrones de comportamiento de los pobladores, o por lo menos ampliar sus prácticas. Muchas veces sin que lo hayan notado. 

En tu vida diaria… ¿Cuáles son las prácticas en las que te has visto envuelto sin haberlo decidido o pensado? ¿Cómo ha sucedido?

Trabajar sobre las dinámicas no es más que fomentar las rutinas, diseñándose el espacio por y  desde las mismas. No hay que olvidar que las rutinas traen implícitamente prácticas sociales, y estas deben fluir tan fácilmente como sean posibles. 

Para ello deben existir, por un lado, Directrices Funcionales claras. El espacio debe puntualizar en cada directriz funcional, de tal forma que no se favorezca el planteo divergente, o las distracciones. Las directrices deben encauzar las necesidades para la que han sido creadas. Por otro lado, ofrecer instrumentos que acompañen las directrices tal como el Mobiliario Flexible, que con simples movimientos pueda generar espacios comunes e individuales. Por último se debe promover la seguridad y la independencia de los usuarios a través de un equilibrio entre libertad y contención. Además hay que considerar que podrían surgir conductas agresivas o destructivas o simplemente de mal comportamiento las que habrá que contener. 

No hay que olvidar que dentro de las dinámicas debe ponerse el énfasis en generar justificaciones para: Incrementar la atención hacia los otros, Promover el principio de conducta de toma de turnos, Impulsar la cooperación en las actividades,  y  Generar situaciones que focalicen en las caras de otros utilizando el contacto visual en el contexto de la comunicación, y en la interacción. Esto fomentará el intercambio social.



Finalmente habrá que tener en cuenta todo ello, lo que significará un espacio diseñado teniendo como base estas pautas necesarias. Siempre generándolo a partir del perfil específico de quien lo usa, la estimulación correcta (desde el sistema como total y por cada componente en particular: Luz, Color, textura, Formas…) pero sobre todo pensando el espacio como un contenedor que permitirá a sus usuarios desarrollarse socialmente.


Solana Gorczynski
Arquitecta



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2 comentarios:

  1. Gracias por el aporte. Muy detallado; concreto y fácil de llevarlo a la realidad. Matias Fuentes

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  2. Excelente nota. Gracias TOMAS

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